Este anglicismo que indica que estamos quemados en el trabajo entró en nuestro vocabulario ahí por la década de los 70, sin embargo, no ha sido hasta pleno siglo XXI que la Organización Mundial de la Salud lo ha reconocido oficialmente como una enfermedad laboral.
De esta forma el organismo reconoce que el síndrome del trabajador quemado es consecuencia directa del estrés continuado que sufre tanto en el lugar de trabajo como cuando realiza acciones asociadas a su profesión. Entre sus síntomas reconoce una disminución de energía, dificultad para concentrarse en el trabajo, escepticismo respecto a sus tareas o empresa y baja eficiencia laboral. ¿Te ha ocurrido alguna vez?
Probablemente sí y no eres el único.
Según datos de la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, entre el 50% y el 60% de los días que se pierden en el trabajo se atribuyen a este estrés. Por su parte, Eurostat, señala que durante un periodo de nueve años el 28% de los trabajadores europeos se ha sentido expuesto a riesgos psicosociales que afectan a su bienestar mental.
Viendo estas cifras es fácil imaginar que el Síndrome de burnout suele ser consecuencia de:
- * Una excesiva carga de trabajo
- * Conflictos y mal ambiente laboral
- * Trabajar en un campo que no se corresponde con las habilidades del empleado
- * Una falta de confianza y autonomía por parte de los líderes
Sin embargo, ¿qué ocurre cuándo no se da ninguno de estos factores y, aún así, nos encontramos con un trabajador quemado? Sí, incluso cuando este trabajador está encantado con su puesto de trabajo, sus tareas están alineadas con sus intereses y trabaja a gusto.
Este es un perfil quizá menos reconocido de los trabajadores que sufren el Síndrome de burnout, pero que es prácticamente igual de frecuente y se da en aquellos trabajadores en los que la ilusión, la pasión y las ganas por su nuevo proyecto los llevan hasta el agotamiento físico y mental.
Curiosamente estos empleados tienen una serie de rasgos en común:
- * Muestran problemas a la hora de conciliar y equilibrar su vida laboral y personal
- * Suelen dejarse llevar más fácilmente por el estrés
- * Tienen profesiones muy vocacionales y no son capaces de poner límites a su trabajo
¿Qué pueden hacer los líderes para prevenir el Síndrome de burnout en sus trabajadores más apasionados?
En primer lugar, deben ser capaces de transmitir a sus equipos que establecer límites está bien. Nadie en la organización debe entender el tomarse un respiro como una acción egoísta o poco profesional. La realidad es que parar nos permite ser más efectivos cuando volvemos y ver las cosas con otra perspectiva.
Además recurrir a las nuevas tecnologías puede ser parte de la solución. Desde sistemas de control horario hasta las innovaciones en inteligencia artificial y automatización que ayudan a organizar y racionalizar el trabajo de los empleados.